La fibra dietética está constituida por el residuo de origen
vegetal resistente a la hidrólisis. Es decir, es la porción no digerible ni
absorbible de los vegetales y que por lo tanto formará parte de las heces. Pero
antes pasará por el colon donde tiene una función de vital importancia: servir
de sustrato a la microbiota intestinal.
Son muchas las bondades que se le atribuyen a la fibra. Por
ello, se recomienda que esté presente en nuestras dietas en una proporción de 14g/
1000kcal aproximadamente.
La fibra se encuentra en los alimentos de origen vegetal,
frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos, cereales integrales y
frutos secos.
Los efectos beneficiosos de la fibra son:
1. Estimulación de la salivación.
2. Retrasa el vaciado gástrico, lo que produce una
mayor sensación de saciedad durante más tiempo.
3. Enlentece la velocidad de absorción y el grado
de digestión. Este efecto es el responsable del descenso de los picos de
glucemia postpandriales.
4. Aumenta el peristaltismo y el volumen fecal. Lo
que será positivo para evitar el estreñimiento, la diverticulitis e incluso el cáncer
de colon.
La fibra puede considerarse un nutriente más y es necesaria
para mantener una buena salud intestinal principalmente, pero no solo eso. Como
ya se ha comentado anteriormente, hace
que descienda la hiperglucemia pospandrial y por lo tanto no haya un estado
hiperinsulinémico en sangre, ya que este estado si se mantiene reiteradamente
durante largos periodos de tiempo termina derivando en una diabetes mellitus
tipo II, con todos los problemas asociados que conlleva esta enfermedad.
La fibra es un prebiótico
y gracias a ella la microbiota colónica se alimenta. Es imprescindible
mantenerla en buen estado ya que, se ha demostrado que la interacción de estas
bacterias saprófitas con la fibra tiene funciones biológicas importantes como
por ejemplo que al fermentar la fibra en el intestino se producen una serie de
sustancias, entre ellas ácidos grasos saturados de cadena corta que resultan
tener un papel beneficioso en el descenso de la colesterolemia. También la
fibra por si misma ayuda a disminuir las concentraciones plasmáticas de LDL.
Este efecto es debido a que se produce un aumento de secreción de sales
biliares y por el descenso de la absorción del colesterol.
Además de esto, la fibra puede ser útil también en la pérdida
de peso, ya que al mantenernos saciados comeremos menos y se eliminará e
picoteo entre horas.
Conclusiones:
1. Debemos consumir alimentos ricos en fibra.
2. El aporte de fibra a través es únicamente a través
de la dieta.
3. La fibra nos ayuda a reducir el riesgo de
padecer problemas cardiovasculares como HTA y dislipemias, diabetes tipo II,
estreñimiento, diverticulitis y cáncer de colon y nos ayuda a también en el
control de peso.
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